La Rueda de Funcionamiento Personal

Afrontamos nuestro día a día según los recursos personales de que dispongamos. Utilizamos criterios, actitudes y parámetros para interpretar la realidad que nos rodea. La experiencia nos los facilita y nosotros los convertimos en una serie de consideraciones generales de como debemos relacionarnos con el mundo. Es decir, de los hechos particulares de nuestra experiencia sacamos conclusiones generales y estas las utilizamos para afrontar los hechos particulares. Se trata de un círculo que se retroalimenta des de lo particular a lo general y des de lo general a lo particular. Cuando aparecen dificultades es difícil afrontarlas de otra forma que no sea con la forma de nuestra Rueda de Funcionamiento Personal. 

Considerar nuevas hipótesis de como relacionarnos con nuestro día día abre las puertas a una mayor autoconsciencia. Es interesante aprovechar la dinámica de funcionamiento con la que ya nos encontramos enraizados y cuestionar las hipótesis con las que hemos estado funcionado hasta ahora. Resulta enriquecedor renovarlas y llevarlas a la práctica. El crecimiento personal permite que nuestra Rueda de Funcionamiento Personal vaya recibiendo modificaciones y que podamos movernos hacia nuevas experiencias. Este movimiento permite vivir en primera persona los hechos particulares des de otros parámetros interpretativos. Así pues, la vida cotidiana se puede transformar en el laboratorio donde se ponen a prueba las diferentes hipótesis que hemos logrado crear y trabajar en nuestro proceso de crecimiento personal. 

Nuestra Rueda de Funcionamiento Personal siempre gira hacia una dirección. Es interesante considerar la posibilidad de que puede girar hacia otro lado. En ese otro lado hay un terreno que te pertenece y que te está esperando para que lo explores.